Paulina teje desde los doce años y ama su oficio. Es madre y esposa, y con orgullo nos cuenta que con su trabajo aporta a 13 personas que pertenecen a su círculo familiar. Al contrario que la mayoría de sus compañeras, ella prefiere tejer en su casa y en compañía de amigos y familiares porque así se intercambian ideas y se le facilita atender los oficios del hogar.

Paulina nos cuenta que ella necesita entre 15 días y un mes para hacer una mochila. Las indígenas de La Alta Guajira, habitan en sitios remotos sin acceso al agua y otros servicios básicos. Ellas deben combinar su labor artesanal con el oficio de salir a buscar agua, leña y en algunos casos hacer el pastoreo. Además Paulina debe cuidar a su abuela, quien ya está muy anciana.

Paulina es una mujer sencilla, callada, inteligente y dedicada a su hogar. Le gusta mucho la música, compartir con sus hijos, y quiere asegurar la educación de sus hijos tanto en la formación wayúu, como en la occidental.

Para ella es importante mantener la tradición artesanal en su familia, como fuente de ingresos y transmisión de conocimientos ancestrales para las nuevas generaciones.